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Victoria de la derecha en las elecciones generales españolas
Por Vicky Short
17 Marzo 2000
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El derechista Partido Popular (PP) ganó una mayoría
absoluta en las elecciones generales del 12 de Marzo en España.
La magnitud de la victoria superó masivamente todos los
pronósticos y expectativas, incluídos los del propio
Primer Ministro, José María Aznar.
El PP ganó 183 de los 350 escaños del Congreso,
un aumento de 27 comparado con 1996, cuando destituyó al
Partido Socialista (PSOE). El voto fue de un 44.54 por ciento
comparado con el 38.79 por ciento hace cuatro años. También
en el Senado el PP aumentó su existente mayoría
absoluta con otros 15 escaños. Ésta es la primera
vez que la derecha ha formado un gobierno mayoritario desde el
final de la dictadura franquista en 1976.
Las ganacias del PP fueron a expensas del PSOE y de Izquierda
Unida (IU). El PSOE perdió 16 escaños en el Congreso
(un descenso de 141 a 125) y 20 en el Senado (de 81 a 61). El
PSOE perdió un millón y medio de votos, obteniendo
la cifra más baja desde 1979, cuando ganó 121 escaños.
El nuevo Secretario General del PSOE, Joaquín Almunia,
presentó su dimisión antes de las 11 de la noche
del 12 de Marzo. IU confirmó sus recientes derrotas electorales
al ver su parte de escaños reducida de 21 a 8 en el Congreso,
una baja desde el 10.54 por ciento a un mero 5.46 por ciento.
Los partidos nacionalistas catalán y vasco mantuvieron
su voto, con una ligera bajada y subida respectivamente, aunque
perdieron su influencia como socios en la coalición gubernamental
del último gobierno minoritario del PP.
La participación en las elecciones fue del 69.98 por
ciento, un descenso del 7.4 por ciento comparado con las últimas
del 96.
El Secretario General del PSOE insinuó que los electores
eran culpables del desastroso resultado de su partido. En su discurso
de dimisión Almunia declaró: No hemos conseguido
movilizar, como queríamos, al electorado de izquierda,
a los progresistas. Pese a que son mayoría en la sociedad.
Almunia añadió que el Partido Socialista, que
gobernó en España desde 1982 a 1996, necesitaba
llevar a cabo profundas reformas: la izquierda española,
y todos los progresistas, necesitan iniciar el siglo XXI con un
nuevo proyecto, con ideas nuevas, con gente nueva.
El dirigente de Izquierda Unida, y Secretario General del Partido
Comunista, Francisco Frutos, se expresó en términos
semejantes. En su breve declaración, después de
reconocer la derrota sin paliativos de IU y del pacto
con el PSOE, dijo: Hay una consolidación conservadora
en lo económico, lo social y lo político, que nos
hará reflexionar en profundidad....
El Presidente del PSOE en Extremadura, Rodriguez Ibarra, aclaró
cuáles son las ideas detrás de la proyectada reorientación
del partido. Parafraseando al antiguo Primer Ministro y ex-líder
del PSOE, Felipe Gonzalez, Rodriguez declaró que el PSOE
había creado una clase media cuyos intereses aún
no habían sabido identificar. Rodriguez insistió
que la renovación del partido tenía que hacerce
encontrando una nueva estrategia política para atraer a
esas capas sociales.
Las dos organizaciones habían intentado cambiar su reciente
mala fortuna en los comicios firmando un pacto electoral de última
hora. IU, una coalición de disidentes del PSOE, nacionalistas,
radicales de clase media, liderada por el Partido Comunista, se
zafó de todas y cada una de sus demandas ligeramente reformistas:
oposición a la OTAN, la jornada de 35 horas por ley, oposición
al criterio económico de la Unión Europea y a las
privatizaciones, así como su apoyo a una solución
negociada del conflicto vasco que incluyera a ETA. Con ésto
pensaban movilizar a los electores que se abstuvieron en las elecciones
europeas, municipales y autonómicas del pasado verano,
pero fracasaron miserablemente.
El desastre electoral ha sumido a ambas organizaciones en una
profunda crisis. El Presidente del PSOE en Aragón, y candidato
al Senado, Juan Alberto Belloch, ha pedido la dimisión
del ejecutivo entero como el primer paso necesario para
comenzar una profunda renovación del partido. El
alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, pidió
una revisión profunda de nuestro proyecto para Eapaña,
adaptarlo a los tiempos. IU además confronta una
gran crisis económica. Europa Press informa que IU ha perdido
ya 175 millones de subvención estatal. Y con créditos
pendientes.
El programa del PSOE, endosado por IU, reflejaba el del PP.
Era la consiguiente extensión de la política pro-negocios
que abrió las puertas al PP en 1996: liberalización
del mercado laboral, incentivas a inversores extranjeros, privatizaciones
y recortes en subsidios y gastos sociales, así como recortes
de la renta para los ricos y empleos temporales para los trabajadores.
Un informe reciente de Australia sobre Asuntos Exteriores y Comercio,
declaraba: No se espera que los resultados de las elecciones
del 12 de Marzo del 2000 impacten significativamente sobre los
principales elementos de la política económica de
España, ya que los programas del PP y del PSOE son similares
a ese respecto.
Bajo el último gobierno del PSOE el movimiento del capital
fue liberalizado. En 1994 pasó la Ley de Reforma Laboral,
la cual fue consolidada for el PP con un pacto firmado entre los
sindicatos y los empresarios en Abril de 1997.
Unos días antes de las elecciones Almunia asistió
a una comida con unos 100 miembros de la Confederación
Española de Organizaciones
Empresariales (CEOE) con el objeto de persuadirles de que no
tenían nada que temer de su coalición electoral
con Izquierda Unida. Almunia insistió que el acuerdo
entre ambas formaciones es transparente y no se desvía
del rigor económico: control de la inflación, del
déficit y de la deuda pública, los requisitos del
Pacto de Estabilidad Europeo. Bajo insistencia por parte
de los empresarios de que explicara su programa de gobierno, Almunia
respondió que fue el PSOE "quien primero privatizó
y quien introdujo competencia en varios sectores".
Dado el carácter de la política actual del PSOE,
la reorientación ahora exigida representará sin
duda un giro a la derecha de enorme envergadura.
Aznar ha sido falangista. Su padre fue un burócrata
durante el régimen de Franco y un amigo personal de éste.
Aznar fue dirigente del gobierno de Castilla-León antes
de ser escogido por el patriarca de los conservadores y ex-ministro
de Franco, Manuel Fraga Iribarne, para dirigir el partido. Se
presentó sin éxito a las elecciones de 1993 en oposición
al dirigente del Partido Socialista, Felipe Gonzalez.
Aznar ha intentado distanciar al PP de sus raices históricas
en el período de Franco y es un declarado admirador y partidario
de la Tercera Via (Third Way) europea, concebida por el primer
ministro británico, Tony Blair. Pero es la política
de derechas del PSOE, el Partido Comunista y los sindicatos la
que le ha revestido con legitimidad y respetabilidad, mientras
que al mismo tiempo ha servido para enajenar a toda una sección
de la población española.
Aznar ha sido el beneficiario del boom económico de
los últimos cuatro años, pero sólamente porque
nadie habló en nombre de la clase obrera y de todos aquellos
que sienten los agudos efectos de las medidas de austeridad del
gobierno por miedo a enajenar a los recipientes de privilegios
tributarios y ganacias en la Bolsa. Junto con el pacto social
acordado por los sindicatos socialista y comunista, Unión
General de Trabajadores y Comisiones Obreras, estos partidos han
asistido en bajar los salarios y mantener la estabilidad social.
El retorno a las bombas de la organización separatista
ETA, que han matado a dos oficiales militares y un líder
del Partido Socialista y su escolta, ha dado otro ímpetu
a Aznar, conocido por su dureza con el terrorismo.
A pesar de la resonante victoria en las elecciones, Aznar se
mostró cauteloso en las primeras horas de ser conocidos
los resultados. En su primer discurso dijo: Nuestra actitud
será abierta al diálogo permanente con todas las
fuerzas de la sociedad española y sus grupos políticos.
El nuevo gobierno del PP afronta un periodo de inestabilidad
según se prepara para cumplir las condiciones de la Unión
Europea para unirse a la moneda única del Euro. Aznar continuará
dependiento de la colaboración de la social democracia,
los sindicatos y los nacionalistas para frenar la oposición
social y política que sin duda provocarán las próximas,
y aún más drásticas, medidas de austeridad.
Sólo horas después de las elecciones la confederación
de empresarios ya exigía más liberalización,
privatizaciones y desregulación de la economía,
así como control de sueldos y recortes en los gastos públicos.
La inflación subió al 3 por ciento en Febrero
de este año, un uno por ciento por encima de los límites
fijados por el Banco Central Europeo para los países del
Euro. La subida ha provocado demandas de más moderación
en los salarios. El porcentaje de subida de los salarios durante
los últimos dos años ha sido de un mero 2 por ciento.
El propio FMI ha elogiado a los sindicatos por su actitud
responsable en mantener ese bajo nivel de aumento.
España no estuvo adversamente afectada por la crisis
económica de Asia, dados sus limitados vínculos
con la región del Pacífico Asiático. Por
otra parte, disfruta de una alta porción del Fondo Social
Europeo. Entre 1994 y 1999 España acumuló un fondo
estructural de 32 millones de ECUs.
Para poder continuar manteniéndose en línea con
los reglamentos de la Unión Europea, Aznar está
siendo presionado a recortar aún más el costo del
estado de bienestar y las pensiones, reducir radicalmente los
impuestos, recortar las subvenciones a industrias tales como los
astilleros, minas de carbón, defensa y siderúrgica
y privatizar la compañía aérea nacional,
los ferrocarriles nacionales y el monopolio de televisión
RTVE.
El actual desempleo del 16% continúa siendo el más
alto de la Unión Europea. En algunas partes de España
como la ciudad sureña de Cádiz, el desempleo juvenil
excede el 45%. El gobierno sostiene que ha creado más de
1.4 millones de empleos en los últimos cuatro años.
Sin embargo, la mayoría de estos empleos son puestos precarios,
temporales o parciales, en gran parte ocupados por obreros inmigrantes
que trabajan en condiciones de virtual esclavitud para los negocios
agrícolas del sur.
El porcentaje de hogares pobres en España es de 17.5
por ciento, y los más afectados son aquellos con mujeres
solas o los hogares con mujeres como el principal cabeza de familia.
Una cuarta parte de estos hogares vive en condiciones de absoluta
pobreza. Los mayores casos de pobreza se dan en las zonas rurales.
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