WSWS
: Español
¿De qué consiste la ideología de bin
Laden?
Por Bill Vann
17 Diciembre 2002
Utilice
esta versión para imprimir | Envíe
esta conexión por el email | Email
el autor
Se acaba de publicar una carta de 4,000 palabras, presuntamente
escrita por Osama bin Laden. Ésta presenta de la manera
más clara la filosofía socio-política completamente
reaccionaria que forma la base de su terrorismo islámico
fundamentalista.
A pesar de amenazar con atacar varios objetivos estadounidenses,
ni el gobierno de Bush ni los órganos de prensa le han
prestado mucha atención. Pero su publicación no
podría ser más oportuna; el gobierno de Bush ya
ha emprendido la guerra contra Irak y recientemente se han revelado
vínculos entre el espionaje estadounidense y saudita por
una parte, y los piratas secuestradores del 11 de septiembre por
otra.
Un año atrás, cuando fue necesario ganar apoyo
para la invasión de Afganistán por los Estados Unidos,
bin Laden hizo una celebración nauseante a la destrucción
del World Trade Center y recibió muchísima
publicidad. Pero ahora la política oficial de Washington
no quiere distracciones a su campaña por convertir Irak
en demonio y a su empeño por hacer parecer que las presuntas
armas para la destrucción en masa de Bagdad
son la amenaza principal. Como consecuencia, el supuesto autor
de los ataques del 11 de septiembre, a quien Bush anteriormente
había llamado el malévolo y a quien
quería vivo o muerto, ha dejado de existir
para el gobierno oficial de Washington.
Pero la carta merece estudio serio, primero porque amenaza
con llevar a cabo otras atrocidades terroristas, las cuales pinta
como venganza por el ataque militar venidero contra los iraquíes.
Por ejemplo, la carta declara que Aquel que trate de destruir
nuestros pueblos y ciudades, vamos a destruirle sus pueblos y
ciudades. Aquel que robe nuestras riquezas, le destruiremos su
economía. Y todo aquel que mate nuestros civiles, le mataremos
sus civiles.
Estos renglones deja bien claro que bin Laden y sus compinches
no son más que unos primitivos y salvajes que muchas veces
le fueron muy útiles al gobierno de los Estados Unidos
y a sus agencias de espionaje para agredir los movimientos revolucionarios
y expandir el imperialismo en el Oriente Medio y en Asia antes
que el tiro le saliera por la culata.
Gran parte de la carta de bin Laden es una defensa asquerosa
de los ataques terroristas contra civiles. Además de afirmar
que actúa con el divino permiso de Alá, justifica
los ataques como venganza por los palestinos muertos debido a
las fuerzas ocupadoras israelíes en el Transjordán,
por las víctimas afganas de los bombardeos estadounidenses,
y los iraquíes que han caído debido a las enfermedades
y hambre causadas por las sanciones económicas impuestas
por los Estados Unidos.
Aquellos que han seguido la pista de la evolución política
de bin Laden han de notar su consternación por la condición
de los palestinos bajo la ocupación y los aproximadamente
1.5 millones de iraquíes que han muerto debido a las sanciones
de los Estados Unidos presenta un contenido relativamente nuevo
en su programa ideológico, cuyo ímpetu proviene
de un anti comunismo feroz y el fanatismo religioso.
Se opone a los reclamos de los sionistas derechistas que Dios
le obsequió a los judíos Judea y Samaria, pero su
argumento islámico fundamentalista se basa en la misma
perspectiva religiosa y de tribu: que los musulmanes son los únicos
verdaderos herederos de los profetas bíblicos.
Descarta con desdén toda protesta que los civiles estadounidenses,
como los casi 3,000 oficinistas, pasajeros de avión, bomberos
y otros que murieron el 11 de septiembre, no son respondables
por la represión del pueblo palestino, el bombardeo de
Afganistán o las sanciones contra Irak.
Escribe: El pueblo estadounidense fue que escogió
su gobierno por su propia voluntad libre; y lo escogieron porque
están de acuerdo con su política. Es el pueblo estadounidense
que paga las rentas internas para financiar los aviones que nos
bombardean en Afganistán, los tanques que nos atacan y
destruyen nuestros hogares en Palestina, los ejércitos
que ocupan nuestras tierras en el Golfo Árabe, y las flotillas
que aseguran el bloqueo de Irak...es el pueblo estadounidense,
pues, quien financia las agresiones contra nosotros, es quien
decide la manera de gastar este dinero tal como le place a través
de los candidatos que ha elegido.
Este ignorante diatriba es de las caracteríticas que
definen un movimiento que no busca la transformación revolucionaria
de la sociedad, sino el uso del terror para ponerle presión
al imperialismo con tal de llegar a un convenio.
El pueblo estadounidense fue que escogió su gobierno
por su propia voluntad libre... Esto lo dice acerca de un
país cuyo presidente llegó al poder mediante la
supresión de la voluntad libre del pueblo tal
como lo reflejarade manera dócil y sólo parcialmenteel
voto popular de dos años atrás. Es un país
en que las masas se han enajenado del proceso político
hasta tal punto que apenas el 33% del electorado participó
en las elecciones del Congreso nacional a principios de noviembre.
A bin Laden no le importa que cientos de miles de personas participen
en manifestaciones por todo el país en oposición
a los planes bélicos del gobierno de Bush y que millones
más que se opongan al militarismo y a la represión.
A fin de cuentas, los Estados Unidos es, desde el punto de
vista social, de los países más estratificados del
mundo. Un enorme abismo separa a las masas del pueblo trabajador,
que casi no tiene voz en la dirección del gobierno y de
la economía, y la pequeña capa de multimillonarios
que controlan los políticos de ambos partidos principales
y dictan una política interna y externa que no tiene que
ver nada con los intereses de la mayoría. Bin Laden no
distingue entre las capas explotadas y oprimidas de la sociedad
estadounidense y el sistema que los explota y los oprime. Todos
son iguales y, por consiguiente, objetivos de su venganza.
Con ciertos pequeños cambios, gran parte de la críticabasada
en la religiónque le hace a la sociedad estadounidense
podría llegar a ser parte del programa político
de un sector muy vital del Partido Republicano: la Derecha Cristiana.
Bin Laden se mofa de los Estados Unidos por tolerar la homoexualidad
y la fornicación y permitir que las mujeres participen
en anuncios comerciales.
Y como eco de la campaña histérica que la derecha
republicana lanzó para enjuiciar a Clinton en 1998-199,
bin Laden declara: ¿Y quién puede olvidar
los actos inmorales que vuestro presidente Clinton cometiera en
la Oficina Oval? Ni siquiera hicieron usetedes que pagara las
consecuencias, excepto admitiera que había cometido
un error', luego de lo cual no hubo ningún castigo. ¿Existe
peor acontecimiento por el cual vuestro nombre pasará a
la historia y será recordado por las naciones? Con
varios cambios editoriales, estas palabras podrían fácilmente
aparecer en una de las columnas del Washington Times o
American Spectator.
La acusación principal de bin Laden contra la sociedad
estadounidensela peor en la historia de la humanidades
que los Estados Unidos es una nación que, en vez
de gobernar por medio del Shariah de Alá, su constitución
y sus leyes, ha optado por inventar sus propias leyes según
su voluntad y deseos. Ustedes separan la religión de la
política y contradicen la naturaleza pura, que afirma la
Autoridad Absoluta a vuestro Señor y Creador.
Este fascismo eclesiástico tiene paralelo muy incómodo
en la política estadounidense, donde podemos oir los ecos
de los ataques continuos de la derecha Republicana contra la separación
de la iglesia y el estado. No sorprende nada, pues, que Bush y
otros funcionarios del gobierno sólo se refieran a bin
Laden y seguidores en términos oblicuoslos
malévolossin atreverse a investigar la política
que forma la base de sus actos tan horribles.
Vínculos estadounidenses
¿Pero son las similaridades entre la reacción
islámica y la política de la derecha estadounidense
una mera coincidencia formal? Bin Laden y otros tantos como él
han gozado por largo tiempo de vínculos muy íntimos
con el imperialismo estadounidense.
Como bien se sabe, las relaciones entre las familias de bin
Laden y de Bush ya llevan muchos años. George Bush Padre
sirvió de intermediario en varios convenios muy beneficiosos
entre su Carlyle Groupempresa de inversionesy la familia
del líder de Al Qaida. Bin Laden empezó como socio
menor de la CIA en la guerra oculta contra el régimen de
Afganistánrespaldado por la Unión Soviéticaque
comenzó en 1979 y duró una década. Los Estados
Unidos invirtió $5 billones en armas mortíferas
y ayuda a los cofres de los mujahiddin, quienes consistían
de reclutas locales y voluntarios árabes que bin Laden
había reclutado y coordinado.
En términos que no dejaron duda, el asesor de Seguridad
Nacional al Presidente Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, describió
la política estadounidense en una entrevista con el periódico
francés, Le Nouvel Observateur, en 1998. Admitió
que Washington deliberadamente había fomentado el fundamentalismo
islámico para tenderle una trampa a la Unión Soviética
para que ésta entrara en guerra. Ahora tenemos la
oportunidad de darle a la URSS su propia guerra de Vietnam,
le dijo a Carter en 1979 luego que las tropas soviéticas
intervinieran.
Cuando se le preguntó a Brzezinski si lamentaba haber
ayudado a crear un movimiento que cometía actos de terrorismo
por todo el mundo, éste deshechó la pregunta y declaró:
¿Qué es lo más importante para la
historia mundial, los talibanes o el colapso del imperio soviético?
¿Varios musulmanes fanáticos o la liberación
de Europa Central y el fin de la Guerra Fría?
Que gobiernos estadounidenses sucesivos comparten responsabilidad
por la muerte de miles de civiles estadounidenses a manos de terroristas
islámicos fundamentalistas se hace aún más
claro con las palabras de Reagan, quien en 1985 declaró
que los mujahiddin eran desde un punto de vista moral, iguales
a los Padres de la patria y los valientes hombres y mujeres de
la Resistencia francesa.
Una vez que los Estados Unidos logró sus objetivos y
Afganistán quedó reducido a escombros (y 1.5 millones
de muertos), las actividades de la CIA culminaron y bin Laden
se encontró abandonado a la intemperie. Fue entonces que
le dio el virus del anti-americanismo. No obstante, para hacerle
frente a la influencia rusa e iraní en Afganistán,
Washington y sus aliados respaldaron a los protectores y co ideólogos
religiosos de bin Laden: los talibanes.
Pero la relación entre el imperialismo y el fundamentalismo
islámico tampoco fue único a Afganistán.
Una y otra vez, Washington y sus voceros han alentado a estos
elementos por todo el Oriente Medio para socavar el nacionalismo
secular y todo movimiento socialista de los trabajadores. Y aún
ahora, mientras tilda a Irán como parte del eje del
mal, Washington se prepara a respaldar un iraní en
exilio cuyo apoyo proviene de los Shiite Imams. Razon: Washington
quiere fomentar la rebelión en el sur de Irak contra el
régimen de Saddam Hussein.
La evolución del movimiento obrero revolucionario en
el Oriente Medio y Asia Central siempre tenido la necesidad de
entablar una amarga lucha contra las tendencias que bin Laden
representa. En 1920, durante el Segundo Congreso de la Internacional
Comunista, Lenín presentó sus planes en una tesis
acerca de las luchas de la clase obrera en los países en
desarrollo que le hacía hincapié a este problema.
La tesis no sólo insistía en que los trabajadores
de los países capitalistas avanzados tenían que
apoyar la lucha contra la opresión colonial, sino también
en la necesidad de luchar contra las órdenes eclesiásticas
y otros elementos medievales reaccionarios de influencia
en los países oprimidos. Se refirió en particular
a la necesidad de combatir el Pan-islamismo y otras tendencias
similares, que buscan la manera de mezclar el movimiento de liberación
contra el imperialismo europeo y estadounidense con fortalecer
a los khans, los latifundistas y los mulahs, etc.
Así describió Lenín la esencial socio
política del bin ladenismo.No es movimiento
político de liberadores desorientados que de alguna manera
expresan los deseos de las masas oprimidas pero confusas desde
el punto de vista político. Más bien, bin Laden
representa un sector de la burguesía nacional, disidente
e insatisfecho, en la Arabia Saudita y por el Oriente Medio en
general.
Esta capa priviligiada siente que no se le ha tratado con justicia
e imparcialidad en sus trámites con el imperialismo y se
enfada ante las restricciones a sus propias ambiciones. No es
coincidencia que bin Laden y otros movimientos similares al de
él han recibido bastante ayuda económica de los
ejecutivos del capitalismo saudita y de otros elementos que maniobran
desde el interior del estado saudita.
Puesto que no pueden ofrecer una alternativa progresista al
dominio mundial del capitalismo financiero internacional y estadounidensey
al despreciar los intereses sociales de las masas en sus propios
países, para no mencionar del resto del mundoestas
fuezas promueven la utopia reaccionaria de una nación pan
islámica que regresaría los países predominantemente
musulmanesy tal vez al mundo enteromil años
atrás, a la época cuando los califas y los sharias
gobernaban.
Puesto que no existe una dirigencia revolucionaria, el fundamentalismo
islámico es capaz de explotar el profundo descontento de
capas amplias de la población del Oriente Medio para propósitos
reaccionarios. Estos movimientos se han alimentado del fracaso
que los proyectos seculares nacionalistasdel nasserismo
a la Organización para la Liberación de Palestinahan
tenido con la mejoría de las condiciones sociales de la
masas o una verdadera independencia del imperialismo.
La política de Washington, con su apoyo a la ocupación
y agresión israelí, el fomento de la guerra contra
Irak y sus intentos de dominar militarmente a los países
del Golfo, que son ricos en petróleo, ha fomentado la ira
popular en la región.
La relación entre el imperialismo estadounidense y el
terrorismo del fundamentalismo islámico es simbiótico.
La llamada guerra contra el terror no es más
que una cubierta para la violencia militar para lograr los objetivos
estratégicos munidales de los Estados Unidos; y sólo
creará más reclutas para los movimientos fundamentalistas
islámicos. Y nuevos actos de terror contra objetivos estadounidenses
serán la excusa para mayor agresión por parte de
los Estados Unidos en todo el mundo. La falta de interés
que el gobierno de Bush ha mostrado en capturar a bin Laden puede
explicarse, en gran parte, en el utilitarianismo político
que su terrorismo ofrece.
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |