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Espectro de un estado policial:
Vídeocintas mexicanas de tortura revelan lazos con
contratistas militares de EE.UU.
Por Kevin Martinez y Rafael Azul
15 Julio 2008
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el autor
Este artículo apareció en nuestro sitio en
su inglés original el 3 de julio, 2008.
A principios de julio aparecieron en las pantallas del internet
y de la televisión mexicana vídeocintas en las que
agentes de la policía de León, Guanajuato, practicaban
métodos de tortura. Las películas revelan la verdadera
relación entre las autoridades mexicanas y contratistas
militares estadounidenses a medida que crece la represión
contra la clase obrera mexicana, la juventud y los campesinos.
Aparece en las vídeocintas un contratista hablando en
inglés y entrenando a los agentes, imagen espeluznante
que despierta memorias de la "guerra sucia" de las décadas
de los setenta y ochenta, cuando el gobierno mexicano sistemáticamente
atrapaba y torturaba estudiantes de izquierda y campesinos en
complicidad con y la asistencia, de Estados Unidos.
El Heraldo de León obtuvo las vídeocintas.
En uno de ellos se puede ver como un oficial de policía
obliga a un subalterno a rodar y rodar en el polvo hasta quedar
exhausto. El entrenador luego arrastra al sujeto sobre un charco
de vómito. "El castigo es efectivo," dice un
agente. Queda patente que este "castigo" es una forma
parte de una estrategia psicológica para humillar y desmoralizar
al rehén.
Los policías obligados a sufrir este tratamiento brutal
pertenecían a una élite, a una unidad de la Policía
Municipal de León llamada Grupo Especial Táctico
(GET). El entrenamiento ocurrió en abril del 2006 y duró
12 días.
Otra vídeocinta muestra a un hombre, que, con los ojos
vendados, es sumergido en un hoyo con ratas y excrementos. El
sujeto gime y trata de respirar. Luego le derraman agua mineral
en la nariz. Ese método es similar a la tortura de las
aguas (la toca), en que casi se ahoga a la víctima. La
policía mexicana tiene fama de utilizar ese método.
En otro incidente, transmitido por Televisa, agentes de policía
saltan sobre las costillas de un sospechoso en una camioneta,
éste último acurrucado en posición fetal.
Carlos Tornero, jefe de la policía de León, dijo
que ese caso, que ocurrió hace varios meses, estaba siendo
investigado; sin embargo, dijo que habían desaparecido
los agentes que habían participado. Es obvio que éstos
no son incidentes aislados.
Tornero dijo que el entrenador de habla inglesa era de una
agencia de seguridad estadounidense. Se negó a identificar
a la compañía o al sujeto.
La prensa mexicana ha identificado a dos entrenadores en las vídeocintas:
Jerry Wilson, de nacionalidad inglesa, y Gerardo Arrechea, un
mexicano-cubano. Los dos trabajan para la compañía
Risk Incorporated, contratista militar de Miami, Florida.
Según artículos escritos por Kristin Bricker,
una periodista independiente que vive en Ciudad de México
(http://mywordismyweapon.blogspot.com), Wilson es el que, en la
primera vídeocinta arrastra a una de las 'víctimas'
de la tortura. También aparece en una vídeocinta
de entrenamiento producida por Risk. Arrachea es dueño
de una escuela de artes marciales en Ciudad de México,
y es también uno de los directores de Comando F4,
milicia paramilitar de derecha cuya misión es llevar a
cabo ataques armados contra el gobierno cubano. En el sitio del
internet del Comando F4, Arrachea aparece como director y con
el título de 'capitán de la marina.'
La embajada norteamericana en México intentó
separarse de las vídeocintas. Un portavoz de la embajada
que no quiso identificarse negó que los Estados Unidos
estuviera envuelto en el entrenamiento. "Hemos leído
los informes en la prensa y los estamos estudiando", dijo.
No sorprende que la policía mexicana haya criticado a la
prensa por difundir la película y justificado el entrenamiento
como forma de aguantar la tortura en caso de que policías
fueran raptados.
Esta lógica no tiene ningún mérito. John
Kirby, ex abogado fiscal que participó en el juicio contra
el cartel de Arellano Felix, ha dicho que las pandillas criminales
no usan las mismas formas de tortura asociadas con la policía
mexicana. "Lo que harían es cortarles los dedos o
arrancarles los dientes", dijo. Kirby es uno de los que,
junto con Amnistía Internacional, creen que estos ejercicios
no tienen nada que ver con como resistir interrogaciones fuertes;
en cambio, creen que sirven para enseñarles como torturar
mejor. "La policía Mexicana, especialmente la federal,
se ha esforzado para limpiar su imagen, y preocupa verlos ir hacia
atrás", dijo Kirby.
Lo que dice la embajada es inverosímil. Dada la historia
del gobierno de EE.UU. y de la CIA de entrenar torturadores por
toda la América del Sur y Central, y en la infame Escuela
de las Américas en las décadas de los 60, 70 y 80,
es mucho más creíble que esas labores han sido asignadas
a Risk Incorporated y a otros contratistas militares.
Las vídeocintas aparecieron el día en que el
gobierno de Bush inauguró la Iniciativa de Mérida,
conocida también como Plan México. A un costo de
mil quinientos millones de dólares, es el programa más
caro para combatir el narco- tráfico desde que se instituyera
el Plan Colombia en el año 2000 bajo el gobierno de Clinton.
En realidad, el Plan Colombia tiene más que ver con la
eliminación del control que las guerrillas de la FARC tienen
sobre las zonas petroleras de ese país que con el combatir
las drogas.
El Plan México proveerá entrenamiento y equipos
para "fortalecer la cooperación militar entre Estados
Unidos y México". Esto incluirá equipo anti
motines y de espionaje, aviones militares y los servicios de unos
50 contratistas militares, como Risk Incorporated, Blackwater
y otros.
Las organizaciones de derechos humanos critican, con justicia,
el plan por ser una forma de asignar dinero a una maquinaria con
una largo historial de asesinatos, torturas y raptos. Ejemplos
recientes de los abusos por las fuerzas de seguridad mexicanas
incluyen la violación de docenas de presas vendedoras ambulantes
en el barrio de San Salvador Atenco, la desaparición de
maestras y maestros en Oaxaca en 2006, y el asesinato del periodista
norteamericano Brad Will a manos de la policía.
Un aspecto del Plan México que los gobiernos de Bush
y de Felipe Calderón han rechazado es la sección
sobre los derechos humanos, que hubiese requerido que el Ministro
de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos certificara que
el ejército, la policía, y los tribunales mexicanos
hayan instituido reformas de derechos humanos y contra la corrupción,
usando como modelo el sistema judicial de Estados Unidos. La versión
original del plan hubiese hecho que militares mexicanos acusados
de violaciones y de tortura sean juzgados en los tribunales civiles.
Esa versión fue considerada un insulto a las fuerzas
armadas mexicanas y también, se supone, al gobierno federal,
lo que hubiera requerido una enmienda a la constitución
mexicana. El diario mexicano, La Jornada, señaló
sin embargo que la ley mexicana vigente hoy día considera
tortura a las escenas en las vídeocontas y que éstas
constituyen un crimen bajo el Artículo 264 del código
penal del Estado de Guanajato. Éste penaliza a empleados
públicos que intencionalmente perpetren actos de violencia
contra una persona con entre dos y diez años de prisión.
El Senado estadounidense también hubiera negado fondos
a la policía o a unidades del ejército culpables
de corrupción o de tortura. Es imposible decir cómo
se haría cumplir esa ley. Brian Bilbray, representante
Republicano, cuyo distrito incluye partes de San Diego, California,
se reunió con funcionarios mexicanos. En una declaración
al Washington Post, hizo esta ridícula analogía:
"Hay que tener un poco de fe. Si un bombero se lanzara a
salvar su niño de un cuarto en llamas, Ud. no le pediría
su identificación". Desafortunadamente, no cabe duda
que todas esas enmiendas sobre derechos civiles son cortinas de
flores detrás de las cuales el estado mexicano continua
su represión sin obstáculo alguno.
Junto con la Iniciativa de Mérida, el 6 de marzo de
este año, el gobierno de Calderón aprobó
la mal llamada reforma judicial que permite a la policía
detener a sospechosos por 80 días sin imputarles cargos.
Esa lay restringe la habilidad de jueces para suspender esos arrestos
o para aprobar fianzas para ciertas categorías de crímenes.
La organización de derechos Human Rights Watch criticó
esa ley en una carta abierta al presidente Calderón. La
organización señala que "ese límite
de 80 días es el más largo de cualquiera democracia
occidental".
Todo esto ocurre en el contexto de la aceleración de
la guerra anti drogas. Ésta ha causado la muerte de 1.500
personas este año, 6.000 desde el 2006, cuando Calderón
asumió la presidencia después de una elección
fraudulenta. Se ha intentado amalgamar la política de México
con la del gobierno de Bush. Calderón explota la lucha
contra los narco traficantes para abrirle la puerta a medidas
del estado de policía con el objeto de prevenir explosiones
sociales como la huelga cívica de Oaxaca del 2006. En esto
hay un paralelo con la "guerra contra el terror".
Veinticinco mil soldados han sido enviados a por todo el país
para combatir a los narco traficantes. Han sido incapaces de reducir
la violencia en el país. Tampoco han sido capaces de reducir
la corrupción y la incompetencia de la policía y
de los militares.
El viernes, 20 de junio, una redada de la policía contra
News Divine, discoteca para jóvenes en un barrio
obrero de Ciudad de México, acabó con la muerte
de 9 asistentes entre 13 y 22 años de edad, y de tres policías.
Las víctimas murieron de sofocación cuando la policía
provocó un pánico e impidió que los jóvenes
salieran del club. Este ataque militar de docenas de policías
contra 300 jóvenes desarmados dentro de la discoteca, so
pretexto de consumo ilegal de bebidas alcohólicas, parece
haber sido un ejercicio táctico fracasado.
Desde que Calderón enviara tropas ha habido 634 casos
de abuso militar, de acuerdo con la Comisión Nacional de
Derechos Humanos. En el 2008 hubo 300 quejas sobre derechos humanos,
más del doble que en el 2007. En Apatzingán, Estado
de Michoacán, hace dos meses hubo una protesta espontánea
contra el cuartel militar local, algo sin precedentes en este
período. Es claro que detrás de los operativos militares
contra los narco traficantes existe una guerra mayor para reprimir
a las masas mexicanas.
Los dos candidatos presidenciales estadounidenses, Barack Obama
y John McCain, tienen posturas similares con respecto a América
Latina, posturas que representan una continuación de la
estrategia bipartidista del imperialismo estadounidense en la
región. McCain, que estaba en México cuando aparecieron
las vídeocintas de tortura, no dijo nada acerca de la cuestión.
En una conferencia de prensa con Calderón en las oficinas
del comando de la Policía Judicial Mexicana, éste
prometió ayudar al régimen. "Por mi parte,
cuando se presente la oportunidad, pondré en práctica
la Iniciativa Mérida, y juntos vamos a colaborar para detener
el transporte de drogas desde Colombia, por México y a
los Estados Unidos de América", dijo McCain. En un
discurso en Miami el 23 de mayo, Obama describió su política
para con América Latina. Dejó en claro que también
él apoya la Iniciativa Mérida y el gobierno de Calderón.
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