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La crisis de Gaza y la perspectiva de la Revolución
Permanente
Por Bill Van Auken
12 de enero del 2009
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el autor
Este artículo apareció en nuestro sitio en
su inglés original el 30 de diciembre del 2008
El ataque contra Gaza ha provocado indignación popular
a través del Medio Oriente y alrededor del mundo, incluso
cuando gobiernos en el mundo Árabe y en otras partes se
han puesto en fila para dar justificaciones a este crimen de guerra
Israelí-Estadounidense.
La declaración de Israel de "una guerra total"
en contra de una población en gran parte indefensa y casi
muerta de hambre de 1,5 millones de personas atrapada en una franja
bloqueada de tierra justificablemente provoca furia y repugnancia.
Así mismo lo hacen los reportes hipócritas y mentirosos
de los medios de comunicación, los cuales incesantemente
describen el bombardeo de Israel en contra de edificios de apartamento,
estaciones de policía, universidades, mezquitas y oficinas
como un acto de "auto defensa", mientras que equiparan
a los ocupados con los ocupadores e ineficaces cohetes caseros
con aviones de caza F-18, misiles Hellfire y "bombas inteligentes"
suministrados por EE.UU.
Sin embargo la indignación y condena de Israel no son
de ninguna manera una respuesta suficiente a las atrocidades en
Gaza. Lo que se requiere por encima de todo es una perspectiva
política.
Muchos de aquellos que están bajo ataque son los hijos
de refugiados que fueron sometidos a violencia y expulsados de
sus tierras por Israel en su guerra expansionaria de 1967. Entonces,
como ahora, la difícil situación de los palestinos
fue en gran parte ignorada por los gobiernos mundiales, mientras
que sus intereses fueron traicionados por regímenes nacionalistas
burgueses árabes que alegaban hablar en su nombre
Mientras los terribles eventos se desarrollan en Gaza en los
últimos tres días, se ha vuelto claro que los gobiernos
burgueses árabes de hoy en día o están actuando
como cómplices directos en el ataque a los palestinos u
ofreciendo su apoyo político tácito.
El rol más criminal ha sido jugado por el régimen
de estado policiaco respaldado por EE.UU. de Hosni Mubarak en
Egipto. Egipto ha colaborado con Israel en imponer su duro bloqueo
económico de Gaza cerrando el cruce entre Gaza y Egipto.
Después de que el bombardeo comenzó, aterrados palestinos
tratando de escapar a un lugar seguro a través de la frontera
egipcia fueron recibidos con disparos de ametralladora del ejercito
egipcio.
Se sospecha ampliamente que el régimen de Cairo deliberadamente
engañó al liderazgo de Hamas en Gaza, asegurándole
tan sólo horas antes de que el bombardeo comenzara que
Israel no tenía ninguna intención de lanzar un ataque.
Los representantes de Hamas han insistido que fue esta garantía
egipcia que llevó a que los edificios no fuesen evacuados,
resultando en una cifra más alta de muertos y lisiados.
El periódico de lengua árabe basado en Londres
al-Quds al Arabi, citó fuentes de diplomáticas árabes
reportando que el ministro de inteligencia egipcio Omar Suleiman
avisó a un número de líderes árabes
de que Israel estaba preparando tal tipo de ataque en Gaza.
El ministro de relaciones exteriores de Egipto Ahmed Aboul
Gheit dijo a una conferencia de prensa el sábado que Hamas
era responsable por la violencia contra Gaza. "Egipto avisó
por un largo tiempo y alguien que ignora avisos es responsables
por el resultado", dijo.
Los periódicos cercanos a la monarquía Saudi
esencialmente aprobaron el ataque Israelí describiéndolo
como un ataque contra los "agentes de Irán" en
el Medio Oriente.
Los representantes de la Autoridad Palestina en Ramallah liderados
por el presidente Mahmoud Abbas han declarado a los medios de
comunicación Israelíes que ellos igualmente vieron
la masare en Gaza como una oportunidad de recuperar el poder,
garantizando al establecimiento Sionista que están preparados
para tomar accion si Israel tiene éxito en derrocar a la
administración de Hamas con explosivos potentes.
Incluso esos regimenes que han denunciado formalmente los ataques
y criticado otros gobiernos árabes por su complicidad -como
Irán y Libia- lo hacen desde el punto de vista de avanzar
sus propios intereses políticos burgueses y regionales.
En un símbolo adecuado de la reacción de los
regímenes árabes en su conjunto, una "cumbre
de emergencia" de ministros de relaciones exteriores de la
Liga Árabe fue pospuesta hasta el miércoles, dandole
a Israel cinco días mas de bombardeo antes de confrontar
otra desdentada declaración.
Y, mientras es necesario defender a Hamas en contra de los
asesinatos de sus líderes y la falsificación de
sus partidarios como "terroristas" por aquellos causando
terror estatal masivo en contra de población civil, este
movimiento Islamista no tiene ninguna perspectiva real para confrontar
y derrotar la ofensiva Israelí-EE.UU.
El disparo de cohetes hacia el sur de Israel tenías
como finalidad convencer a Israel de negociar un levantamiento
de sanciones económicas, tal como su palabrería
de renovadas "operaciones de mártir" (enviar
jóvenes palestinos a volarse a sí mismos en cafeterías
y buses israelíes) está diseñada para presionar
al régimen Sionista.
Nadie se ha beneficiado tanto del dominio del nacionalismo
e Islamismo en los países árabes que el propio régimen
Sionista. No hay ninguna salida nacionalista del pantano presente.
Crear otro mini-estado nacional en la región no proveerá
una solución a la desposesión de décadas
de los palestinos. La división de Cisjordania y Gaza por
acuerdos Israelíes, carreteras de seguridad, controles
y muros dejan claro que tal territorio representaría sólo
una prisión de tipo Bantustán, con un régimen
nacionalista burgués palestino sirviendo como sus guardias.
Oficiales israelíes han dejado claro de que ven el así
llamado "proceso de paz" como un medio de crear tal
monstruosidad, apodado la "solución de los dos estados",
para poner las fundaciones políticas para expulsar de Isarael
a una fuerte población de un millón de árabes,
un ejercicio masivo en limpieza étnica.
Esta maníaca perspectiva, como el mismo ataque en Gaza,
es una manifestación de la bancarrota política y
de la crisis del Sionismo. El estado israelí y todos de
sus mayores partidos están subordinados a una camarilla
militar. El régimen tambalea de una aventura militar imprudente
a otra -de Líbano a Gaza y, en el horizonte, a Irán-
produciendo destrucción en las poblaciones civiles mientras
que horrifica y desmoraliza a largas secciones del propio pueblo
de Israel.
Mientras que el gobierno busca mantener su poder al promocionar
constantemente ambos miedo y chauvinismo, hay muchos Israelíes
que ven la violencia que se desarrolla con repugnancia y la convicción
de que puede guiar a nuevos desastres.
Finalmente, el militarismo agresivo del estado de Israel es
una expresión no solamente de la ideología Sionista,
sino de profundas fisuras sociales, políticas y de clase
que corren a través de la sociedad israelí. Es una
sociedad caracterizada por una vasta inequidad social y un régimen
encabezado por un individuo, el Primer Ministro Ehud Olmert, cuyo
estrecho escape de acusación criminal por corrupción
política y financiera expresa la corrosión del todo
el establecimiento Sionista.
Una verdadera lucha en contra del Sionismo es imaginable en
la base de una lucha de clase que trascienda las fronteras nacionales,
uniendo trabajadores árabes y judíos basada en sus
intereses comunes de clase. Fuera de esta perspectiva, la cual
busca la movilización independiente y unida de ambos trabajadores
israelíes y árabes, no hay ninguna manera de dar
un golpe mortal al Sionismo y al imperialismo en Medio Oriente.
Las demostraciones que han erupcionado desde Cairo hasta Bagdad
por apoyo a Gaza han sido dirigidas no sólo hacia Israel,
sino en contra de los podridos regímenes árabes,
quienes representan los aliados más fieles de Israel. Este
movimiento popular no es sólo una reacción a los
últimos eventos, sino parte de una radicalización
creciente de la clase trabajadora en el Medio Oriente como también
en Europa, los Estados Unidos y alrededor del globo, llevados
por la desesperada crisis del capitalismo mundial.
Por todo el heroísmo de los palestinos encarando los
aviones de caza F-16 y los helicópteros israelíes
en Gaza, la más grande amenaza al régimen Sionista,
su talón de Aquiles, es la intensificación de la
lucha de clases y la posibilidad de una revolución socialista
en Egipto, los otros estados árabes y en el mismo Israel.
Una verdadera alternativa revolucionaria puede ser construida
sólo en la base de la teoría de la Revolución
Permanente, como fue desarrollada por León Trotsky. En
la época imperialista, Trotsky estableció, realización
de las tareas básicas democráticas y nacionales
en las naciones oprimidas -tareas asociadas en un período
histórico previo con la subida de la burguesía-
sólo puede ser logrado a través de la movilización
política independiente de la clase trabajadora actuando
en una perspectiva internacionalista y socialista.
La cuestión Palestina, el centro de los amargos conflictos
y de la tragedia política de la región está,
en el análisis final, unido inseparablemente con el destino
de la revolución socialista en el Medio Oriente e internacionalmente.
Los eventos que se están desarrollando en Gaza plantean
con la más grande urgencia la tarea de unir a la clase
trabajadora, árabes y judíos juntos, en la lucha
por una federación socialista del Medio Oriente como parte
de la lucha para poner un fin al capitalismo en una escala mundial.
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