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12 millones de niños en Estados Unidos se enfrentan
al hambre y a la inseguridad alimentaria
Por Naomi Spencer
25 Junio 2009
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el autor
Este artículo apareció en nuestro sitio el
11 de mayo, 2009, en su inglés original.
Según un informe de la organización en defensa
de un banco de alimentos Feeding America [Alimentar América],
más de 12 millones de niños están amenazados
con el riesgo de una alimentación no adecuada y de hambre
en Estados Unidos. De manera significativa, el estudio concluyó
que más de tres millones y medio de niños menores
de cinco años se enfrentan al hambre. Esta cifra equivale
al 17% (uno de cada seis) de los niños estadounidenses
de cinco años y menores.
"Inseguridad alimentaria infantil en Estados Unidos:
2005-2007", publicado el 7 de mayo, es el primer análisis
por Estados que se centra en el número de bebés
y niños pequeños que viven en hogares donde hay
inseguridad alimentaria. Feeding America basó su análisis
en datos del Departamento Federal de Agricultura (USDA, en sus
siglas en inglés) y de la Oficina de Censo desde 2005 hasta
2007, periodo clasificado oficialmente como la cumbre del último
periodo de recuperación de la economía.
Al igual que los índices de pobreza, pérdida
del hogar, bancarrota y otros muchos, los índices de inseguridad
alimentaria documentados por el estudio reflejan claramente el
deterioro de la calidad de vida que han sufrido los hogares de
la clase trabajadora en los últimos cinco años.
En los años comprendidos entre 2005 y 2007 la inseguridad
alimentaria se ha extendido rápidamente junto con el paro
y los recortes salariales.
Feeding America concluyó que en el periodo precedente
a la aparición de la crisis económica en 11 Estados
más del 20% de los niños pequeños corría
peligro de pasar hambre. Louisiana, con un 24,2%, tiene el índice
más alto de inseguridad alimentaria, seguido de cerca por
Carolina del Norte, Ohio, Kentucky, Texas, Nuevo México,
Kansas, Carolina del Sur, Tennessee, Idaho y Arkansas.
El estudio concluyó que en California una media de 1.6
millones de niños se encontraban en una situación
de inseguridad alimentaria entre 2005 y 2007. En Texas la media
era de 1.47 millones para el mismo periodo.
Ningún Estado tiene menos de un 10% de su población
infantil expuesto al hambre. La escasamente poblada Dakota del
Norte registró el índice más bajo, 10,9%.
Las familias que se enfrenta a inseguridad alimentaria sufren
un intenso estrés. Muchas familias pobres se ven regularmente
obligadas a elegir entre pagar comida u otros artículos.
Las familias reducen las cantidades de sus comidas y los padres
a veces se saltan alguna de ellas para que sus hijos puedan comer.
La inseguridad alimentaria entre los niños es especialmente
preocupante debido al riesgo de desnutrición y retrasos
en el desarrollo. Si los niños no comen lo suficiente o
sólo reciben alimentos baratos "para llenar",
son proclives a enfermar con más frecuencia, tienen pobres
resultados escolares, desarrollan diabetes, sufren retrasos cognitivos
y problemas psicológicos. Muchos de los efectos de la desnutrición
en niños pequeños son irreversibles.
El hambre es un problema cada vez mayor en Estados Unidos.
Como más millones de familias pertenecientes a la clase
trabajadora se enfrentan a la perdida del empleo y a la pobreza,
los principales programas de la red federal de seguridad, incluyendo
vales canjeables por alimentos y programas de asistencia en metálico
de emergencia, llegan a menos personas de las que reúnen
los requisitos y lo necesitan.
Según los últimos datos de USDA, las personas
inscritas en el reparto de vales de comida ha aumentado en un
millón de personas desde el pasado mes de septiembre hasta
llegar a la cifra récord de 32.550.000 estadounidenses.
La organización sin fines de lucro Food Research and Action
Center calcula de otros 16 millones más de personas reúnen
condiciones para recibir asistencia alimentaria federal pero no
están inscritos en el programa.
Un análisis del New York Times publicado el 9 de mayo
encontró enormes disparidades entre los Estados en la manera
de administrar el programa de vales de comida. En California,
por ejemplo, el periódico señaló que sólo
la mitad de las personas que reúnen las condiciones están
inscritas en el programa. En otros Estados, como Missouri, donde
la inscripción de las personas que reúnen las condiciones
llega al 98%, los criterios de selección son tan severamente
bajos que cientos de miles de familias trabajadoras pobres no
llegan al baremo. Además, millones de familias inscritas
en el programa reciben mucha menos ayuda cada mes de lo que se
requiere para mantener una dieta saludable.
A consecuencia de ello, cada vez más familias estadounidenses
recurren a comedores populares y otras organizaciones de caridad,
recortan los gastos en comida y recuren a comprar alimentos más
baratos para poder satisfacer sus necesidades.
Traducido
del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
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