WSWS
: Español
Sri Lanka: El surgimiento de un estado policíaco y
su significado internacional
Por K. Ratnayake
25 Febrero 2010
Utilice
esta versión para imprimir | Email
el autor
Los pasos tomados por el gobierno de Sri Lanka hacia la creación
de un estado policíaco no sólo representan un peligro
para la clase trabajadora de esta isla, sino también son
una advertencia para todos los trabajadores del mundo. Con la
crisis de deuda soberana explotando en un país tras otro
y la resistencia popular contra las drásticas medidas de
austeridad demandadas por el capital financiero internacional,
los métodos antidemocráticos del presidente Mahinda
Rajapakse son un preámbulo a las medidas a usarse en otros
países.
Las tensiones políticas en Colombo ilustran de una manera
intensa un proceso internacional más amplio. Por 26 años
la isla se sumergió en una salvaje guerra comunal que terminó
en mayo del año pasado con la derrota de los separatistas
Tigres de Liberación de Tamil Eelam (TLTE). El presidente
Rajapakse, que había reiniciado la guerra en 2006, llevándola
a un nivel de crueldad mayor, declaró que ahora traería
"paz y prosperidad" a la isla.
La realidad ha sido todo lo contrario. El fin de la guerra
no resolvió ninguno de los problemas subyacentes. Habiendo
hipotecado el país para pagar por su guerra, Rajapakse
se vio obligado a tomar un préstamo de $2.6 mil millones
del Fondo Monetario Internacional (FMI) para prevenir una crisis
en la balanza de pagos. Ahora que el FMI tiene la batuta, el gobierno
prepara nuevos ataques a los estándares de vida del pueblo
trabajador.
Preparándose para hacer frente a las próximas
convulsiones sociales, Rajapakse ha estado consolidando su control
sobre el aparato estatal. Durante la guerra se apoyó cada
vez más en una cábala de parientes, consejeros íntimos
y generales que actuaban independientemente del parlamento, mostrando
un creciente desprecio por las normas legales y constitucionales.
El presidente ejerció sus extensos poderes bajo condiciones
de estado de emergencia, aún en vigencia, para prohibir
huelgas, amenazar a los medios de difusión y conducir arrestos
en gran medida, obviando el derecho a juicio. Escuadrones de la
muerte pro-gobierno, actuando en complicidad con las fuerzas de
seguridad, asesinaron a cientos de personas, incluyendo periodistas
y políticos,
Calculando que podría sacar ventaja política
de la "victoria" militar sobre los TLTE, Rajapakse
adelantó por dos años las elecciones presidenciales
en su intento de atrincherarse en el poder. Los partidos de oposición
apoyaron al ex general mayor, Sarath Fonseka, como su "propio
candidato" en las reñidas elecciones del 25 de
enero. Fonseka había sido parte del círculo íntimo
de Rajapakse pero cayó en desgracia con el presidente y
renunció en noviembre para candidatearse.
Lejos de sentar cuentas, la victoria de Rajapakse produjo lo
que sólo puede ser descrito como una guerra faccional entre
las élites gobernantes del país. Fonseka rehusó
conceder la derrota y amenazó con tomar medidas legales.
El gobierno respondió la semana pasada poniendo al ex general
bajo arresto militar, en base a alegatos sin fundamento de que
estaba tratando de derrocar a Rajapakse.
Al día siguiente, el presidente suspendió el
parlamento y anunció elecciones generales para el 8 de
abril, que tomarán lugar en un clima político de
temor e intimidación. El gobierno ya anunció que
su objetivo es obtener una mayoría de dos tercios. Esto
le daría el poder de modificar la constitución y
facilitar el medio legal para un régimen autocrático
bajo Rajapakse.
Por todo el veneno en las luchas intestinas de los grupos de
poder en Colombo, las disputas entre facciones tienen un carácter
tácticocómo imponerle al pueblo trabajador
las carga de la crisis económica y cómo acomodarse
dentro de las crecientes rivalidades de los principales centros
de poder, especialmente entre Estados Unidos y China. Las medidas
extremas de Rajapakse son un seguro signo que las tensiones de
clase en la isla están llegando a un punto de ruptura.
Mientras la deuda del gobierno de Grecia cubre los titulares
de la media internacional, la crisis económica de Sri Lanka
es de una magnitud similar. La deuda total de país ascendió
a cuatro billones de rupias ($35 mil millones) en los primeros
10 meses del 2009. De acuerdo al FMI, la razón de toda
la deuda pública al producto bruto interno (PBI) alcanzó
87 porciento en 2008. El déficit presupuestal ha crecido
a 11.3 porciento del PBI y el FMI está demandando que esta
cifra sea reducida a 5 porciento para fines del 2011. El principal
economista del Banco Hong Kong y Shanghái, Robert Prior-Wandesforde,
dijo en un seminario en Colombo la semana pasada que el gobierno
tenía que ir aún más allá en cortar
el gasto público. Rechazando las cifras económicas
presentadas por Rajapakse, Prio-Wandesforde dijo: "El
tiene que actuar como lo hizo con el terrorismo [el TLTE]. El
factor principal en impedir que Sri Lanka alcance su verdadero
potencial es el tipo de gasto publico irresponsable, derrochador
y corrupto."
Las medidas económicas aplicadas a Grecia tendrán
mayores consecuencias en Sri Lanka. Pero el corolario es que los
métodos políticos aplicados en Sri Lanka serán
empleados, con mayor intensidad, en Grecia y otros lugares en
un intento de contener la creciente oposición a las nuevas
cargas económicas. La crisis no se limita a países
subdesarrollados como Sri Lanka y países europeos con problemas
como Grecia, Portugal, España e Irlanda. Un incumplimiento
de pago del gobierno griego tendría un fuerte impacto sobre
Alemania y Francia, con repercusiones en EE.UU. Inglaterra se
encuentra muy endeudada, como también EE.UU. que mantiene
una deuda equivalente al 10.6 porciento de su PBI sólo
porque el dólar continua actuando como la moneda de reserva
internacional.
La crisis actual no es un fenómeno transitorio, sino
el resultado del colapso de los mecanismos puestos en marcha al
fin de la Segunda Guerra Mundial para restaurar el equilibrio
del capitalismo mundial. Estados Unidos, que jugó un rol
central en la re-estabilización de postguerra, se encuentra
en declive económico y al centro de las turbulencias financieras.
Cualquiera que sean los resultados a corto plazo de economías
particulares o de la economía global en conjunto, el mundo
ha entrado en un nuevo período de convulsiones económicas
con profundas ramificaciones políticas para la clase trabajadora.
Cualquiera que pase por alto las señales de advertencia
en Sri Lanka habrá cometido un grave error. Debido a su
historia particular y su relación a la economía
global, esta pequeña isla a menudo refleja procesos económicos
y políticos que son de alcance internacional. En el último
análisis, en medio del aumento en las tensiones económicas
y políticas, las élites dirigentes alrededor del
mundo se ven forzadas a defender sus privilegios adoptando los
métodos de Sri Lanka.
La clase trabajadora necesita sacar las conclusiones necesarias:
la única manera de defender el estándar de vida
y los derechos democráticos básicos es mediante
la abolición del actual orden social y la reestructuración
de la sociedad para satisfacer las necesidades urgentes de las
mayorías, en lugar de las ganancias de un grupo pequeño
de ricos.
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |