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Cómo combatir a Wall Street
Por Joseph Kishore
7 Octubre 2011
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el autor
En las dos últimas semanas manifestantes han llevado
a cabo una ocupación de Wall Street y montado protestas
para denunciar a las gigantes instituciones financieras que controlan
la vida política y económica de los EE.UU.
Las protestas están empezando a atraer un amplio apoyo
popular. Estas son parte de una creciente oposición en
los EE.UU. e internacionalmente a las políticas de la élite
financiera y sus representantes políticos. Manifestaciones
similares han sido organizadas en otras ciudades por el país.
La reacción del gobierno a las protestas es un indicio
del miedo dentro de la clase dirigente de que puedan desatar una
movilización popular más amplia en condiciones de
una nueva recesión económica. Durante el fin de
semana pasado, 700 personas fueron arrestadas mientras protestaban
en el Puente de Brooklyn. Esto fue después de que un grupo
de policías usaran aerosol de pimienta contra manifestantes
pacíficos la semana pasada.
A diferencia de la represión desatada contra los manifestantes
por el Departamento de Policía de Nueva York, ningún
oficial principal de un mayor banco estadounidense o institución
financiera ha tenido que rendir cuentas por el peor desastre financiero
desde la Gran Depresión. La irresponsable especulación
de los bancos y el completo fraude desató una depresión
global que ha eliminado decenas de millones de empleos. Billones
de dólares han sido saqueados de los fondos públicos
para cubrir las malas apuestas de los bancos, pero los mismos
oficiales gubernamentales que organizaron estos rescates financieros
-dirigidos por Bush y después Obama- han dado a los banqueros
un pase libre.
Mientras crece el apoyo para las protestas anti-Wall Street,
las organizaciones pro-Partido Demócrata y los sindicatos
se están moviendo rápidamente para intentar obtener
el control.
Algunos sindicatos están planeando una marcha el Miércoles
y las protestas han sido aprobadas por un número de sindicatos
neoyorquinos, incluyendo al Sindicato Internacional de Empleos
de Servicios (SEIU, siglas en inglés), el Sindicato de
Trabajadores del Transporte Local 100, los camioneros y Federación
sindical de Profesores. Todos ellos fuertes partidarios del Partido
Demócrata. El pasado viernes el presidente del AFL-CIO
Richard Trumka, quién recientemente apoyó a la Cámara
de Comercio de EE.UU. para promover el falso "programa de
empleos" de Obama, declaró su apoyo por las protestas
"Toma Wall Street".
Varios oficiales del Partido Demócrata y celebridades
pro-Democrátas han mostrado apoyo a las protestas, incluyendo
al congresista neoyorquino Charles Rangel, el ex gobernador de
New York David Paterson y el cineasta Michael Moore. Incluso el
financiero multimillonario George Soros expresó su apoyo
por las protestas. Su objetivo es canalizar la oposición
popular detrás del Partido Demócrata y la campaña
de reelección de Barack Obama.
Muchos de los grupos involucrados en las protestas de Wall
Street han dado eco a la posición de los indignados en
España y en Grecia por la "no política"
y de no tener un liderazgo. El llamado por la "no política"
equivale a un rechazo de una alternativo político coherente
y de principios a las políticas burguesas y el sistema
capitalista bipartidista, o sea, las políticas socialistas.
Esta posición conduce directamente a las manos del Partido
Demócrata, el cual se moverá para llenar el vacío
político.
La situación económica y social que confronta
la vasta mayoría de la población es una devastadora
condena de la administración Obama y el Partido Demócrata
y todas aquellas organizaciones que promovieron a Obama como el
candidato del "cambio".
Ayer, Octubre 3, fue el tercer aniversario de la aprobación
del Programa de Rescate de Activos Fallidos (TARP, siglas en inglés),
el rescate financiero de $750 mil millones de Wall Street. El
entonces candidato presidencial Obama hizo lobby por la aprobación
de la legislación, proveyendo a los legisladores demócratas
con una cobertura política para que voten por la distribución
a la élite financiera. Como presidente, Obama supervisó
una expansión multi-billonaria de dólares del rescate
financiero mucho más allá del programa inicial del
TARP.
Tres años después, las condiciones de vida para
millones de personas en los Estados Unidos se han vuelto intolerables
y están empeorando. Más estadounidenses están
viviendo bajo pobreza ahora que en cualquier otro momento desde
la Segunda Guerra Mundial. Las condiciones son particularmente
duras para la gente joven, quienes confrontan un futuro de deuda,
pobreza y desempleo. De acuerdo a cifras publicadas por la Oficina
de Censos de EE.UU., 37.3 por ciento de familias encabezadas por
un padre debajo de la edad de 30 años estaban viviendo
en la pobreza el año pasado.
Mientras la miseria social ha incrementado, las fortunas de
los especuladores de Wall Street ha continuado a elevarse: la
riqueza de los 400 estadounidenses más ricos -que junto
combinan $1.53 trillones- ha casi rebasado los niveles antes de
la crisis.
Desde el comienzo, cada acción de la administración
Obama ha sido dirigida para servir los intereses de Wall Street:
el rescate de los bancos, la reestructuración de la industria
automotriz que impuso miles de recortes de empleo y miserables
salarios para los nuevos contratados, el rechazo de tomar cualquier
medida seria para lidiar con la peor crisis de desempleo desde
la década de los treinta.
En cuanto a la política extranjera, la administración
ha expandido las guerras iniciadas por Bush y en el presente se
encuentra ocupado en la sangrienta conquista de Libia. La criminalidad
de la administración y la clase dirigente estadounidense
en conjunto ha encontrado su completa expresión en el asesinato
de Anwar-al-Awlaki en Yemen la semana pasada. Al ordenar y supervisar
el asesinato estatal de Awlaki, Obama se ha vuelto el primer presidente
estadounidense en sancionar abiertamente el asesinato extra-judicial
de un ciudadano estadounidense.
Ahora la administración está liderando una campaña
para recortar cientos de miles de millones de dólares de
los programas de asistencia sanitaria incluyendo a Medicare y
Medicaid, como parte de un plan para reducir $4 trillones de dólares
en el déficit federal para la próxima década.
Las acciones de la administración Obama son parte de
una ofensiva mundial por la clase gobernante dirigida a destruir
cada ganancia social obtenida por los trabajadores en el siglo
veinte. En Europa, la creciente crisis de la deuda está
acompañada por un perverso ataque encabezado por los bancos
y las instituciones financieras el cual está haciendo hundir
a Grecia y otros países en una depresión.
El crecimiento de la oposición de masas a este ataque
es inevitable. Los eventos de este año -los levantamientos
en Europa y el Oriente Medio, las más grandes manifestaciones
en la historia de Israel contra la desigualdad social, la oposición
de masas en Europa, las protestas de cientos de miles contra los
recortes al presupuesto en Wisconsin- son sólo una muestra
de lo que se viene.
Las protestas en Wall Street expresan un entendimiento público
amplio de que la fuente básica de la crisis que confronta
a millones de personas yace en los intereses sociales de los gigantescos
bancos que dominan a los EE.UU. y la economía mundial.
La política está determinada no por la voluntad
popular, sino por los intereses de una aristocracia financiera
que está determinada para defender su riqueza a través
del empobrecimiento de la amplia mayoría de la población.
El poder de la clase dirigente sólo puede ser contrarrestado
sólo por medio de la independiente movilización
de la clase trabajadora en una lucha de masas, rompiendo con el
dominio del Partido Demócrata y atacando a la crisis en
su origen: el sistema capitalista. No se trata de dirigir llamados
a la élite financiera, sino de transformar los bancos y
principales corporaciones en instituciones de propiedad pública
y democráticamente controladas, gobernadas bajo la base
de la necesidad social en vez de tan sólo las ganancias
privadas.
El socialismo debe ser colocado en el centro de una ofensiva
contra Wall Street. El Partido Socialista de la Igualdad está
luchando por la movilización revolucionaria de la clase
trabajadora sobre la base de un programa socialista. llamamos
a todos los trabajadores y jóvenes que estén de
acuerdo con este programa a que se unan al PSI y ayuden a construir
un nuevo liderazgo socialista en la clase trabajadora.
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