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El camino a seguir en la huelga de los autobuses escolares
de Nueva York
Por Partido Socialista por la Igualdad
8 Febrero 2013
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Este artículo fue publicado en inglés el 4 de
febrero 2013
Hace casi 3 semanas que 8,800 conductores de autobuses escolares,
tutores/ayudantes y mecánicos están llevado a cabo
una valiente batalla contra el multimillonario alcalde de Nueva
York Michael Bloomberg. En representación de los intereses
financieros que dominan la ciudad, el alcalde busca despojar a
los trabajadores de la transportación escolar de sus empleos
y de protecciones salariales que han tenido por más de
50 años.
El Sitio Socialista Mundial (World Socialist Web Site,
en inglés, WSWS) ha entrevistado a muchos de estos piqueteros.
Nos han contado de su frustración con la dirección
de la huelga. Algunos han hablado sobre marchar a la sede del
Sindicato Combinado de Tránsito (Amalgamated Transit
Union, en inglés, ATU) para protestar que el sindicato
no los informa de nada cuando son los huelguistas los que toman
turnos piqueteando, en medio del frío y sólo reciben
$30 diarios del fondo de huelga del sindicato.
Un huelguista en Astoria, Queens declaró: "El alcalde
no está cediendo. Los padres se han quejado al ayuntamiento
que los estudiantes sufren sin los autobuses escolares y su respuesta
es '¡Dejen de quejarse y aguántese!'Lo único
que el sindicato está haciendo es postrarse y pordiosear"
Los huelguistas sienten que existe una enorme simpatía
por su lucha entre la gente trabajadora de la ciudad. Los obreros
ya han discutido organizar protestas independientemente del sindicato
y algunos han tomado la iniciativa de hablar con los maestros
y a los padres de familia en las escuelas locales.
Para que el aislamiento de la huelga sea superado, tales iniciativas
deben tomar una forma organizacional y política que sea
consciente.
Es necesario ante todo tener un claro entendimiento de los
intereses y objetivos sociales que subyacen el ataque a los trabajadores
de autobuses escolares. El gobierno de Bloomberg está determinada
a derrotar a los conductores de autobuses escolares como parte
de una estrategia de ataque contra toda la clase trabajadora.
Al igual que en otras ciudades, esta ofensiva incluye desmantelar
la educación pública. Desde que llegó al
poder en el 2002, Bloomberg ha cerrado 140 llamadas escuelas "fallidas"
y ha abierto cientos de escuelas autónomas (charter
schools, en inglés) que funcionan con fines de lucro.
El alcalde, que gobierna en representación de Wall
Street, considera que los conductores de autobuses de escuelas
son una presa fácil, previo a la confrontación con
el magisterio, los bomberos, los trabajadores de tránsito
y otros obreros de la ciudad. En Nueva York y en todo el país,
los funcionarios Demócratas, Republicanos e independientes
declaran que los trabajos, los estándares de vida y las
pensiones de los trabajadores del sector público son inasequibles
para la ciudad aun cuando el mercado de valores se eleva y las
ganancias corporativas se disparan por los cielos.
Medidas de austeridad similares e, incluso, más brutales,
están siendo llevadas a cabo contra los trabajadores en
Europa, el Medio oriente y casi en cualquier otra parte del mundo.
Casi cinco años después del colapso de Wall Street
en el 2008, lo que ocurre es el fracaso del sistema capitalista
mundial. Las élites de las finanzas y de las grandes empresas
han decidido hacer pagar a la clase trabajadora por el colapso
de su propio sistema.
Frente a este ataque, la estrategia del ATU y del Consejo Laboral
Central de la Ciudad de Nueva York (Central Labor Council,
en inglés, CLC) demuestra ser un fracaso. Los sindicatos
se encuentran preocupados sobre todo con preservar sus relaciones
con los grupos de poder corporativos y políticos y no han
hecho nada para movilizar a los cientos de miles de trabajadores
de la ciudad así como a los padres de familia y estudiantes
para defender a los huelguistas: conductores de autobuses, tutores/ayudantes
y mecánicos.
En cambio, los sindicatos se han limitado a ruegos "morales"
pidiéndole al alcalde que sea más razonable. Esto
llegó al extremo cuando la semana pasada la ATU ofreció
de cancelar la huelga e implementar un periodo de tregua de dos
o tres meses que los sindicatos utilizarían para hacer
importantes concesiones de reducción d los costos de la
ciudad a la vez que negocian con Bloomberg sobre la Cláusula
de Protección al Empleo (Employee Protection Provision,
en inglés, EPP), que protege los empleos, salarios y beneficios
de las trabajadores de autobuses y que el alcalde quiere eliminar.
Nada le importa a Bloomberg que el sindicato esté dispuesto
a rendirse; insiste de que las compañías de autobuses
se deshagan de los trabajadores con experiencia para reemplazarlos
con nuevos trabajadores a los que se le pagará sueldos
más bajos. El alcalde rechaza el diálogo y despacha
miles de policías con el fin de derrotar a la huelga con
esquiroles.
Todos los grupos de poder apoyan el ataque a las condiciones
de vida y empleos de la clase trabajadora. Los Demócratas
-desde el presidente Obama y el Gobernador Andrew Cuomo hasta
la presidenta del Consejo Municipal Christine Quinn y todos los
que ambicionan llegar a ser alcaldes como Bill de Blasio y John
Liu, son igual de testaferros políticos de Wall Street
como son los Republicanos y los supuestos independientes como
Bloomberg.
Cuando se le preguntó al CLC sobre la propuesta de suspender
la huelga, Joe Jamison, director del departamento de transporte
de la Federación Sindical de Estados Unidos (American
Federation of Labor-Congress of Industrial Organizations,
en inglés, AFL-CIO) en el Estado de Nueva York, declaró
al WSWS: "Cuando estás en negociaciones y la otra
parte está encerrada en su posición, entonces tienes
que lograr que ellos adopten tu posición tan fácil
como sea posible".
¡Pero qué estrategia más nueva! ¡Cuándo
estás en una batalla con un enemigo intransigente, lo mejor
es que agaches la cabeza para que éste te la corte! Daría
risa si no fuese por las devastadores consecuencias que tal decisión
tendría para los huelguistas y sus familias. Son sus cabezas,
no las de los burócratas sindicales, las que van a rodar
en el polvo.
En una entrevista reciente con la estación de radio
WNYC, Michael Cordiello, presidente del local 1181 de la ATU se
quejó de que el alcalde estaba acabando con 50 años
de "paz laboral" y "estabilidad" al eliminar
la cláusula del EPP. Esto es cierto. Demuestra que el alcalde
y toda la clase dirigente del país en se encuentran librando
una guerra sin cuartel contra la clase trabajadora.
Para llevar hacia adelante una lucha, los trabajadores necesitan
organización. El Partido Socialista por la Igualdad hace
un llamado para la formación de comités de base,
compuestos de trabajadores de autobuses, padres, maestros y otros
trabajadores, para defender a los huelguistas combatir contra
el asalto a la educación pública.
Estos comités deben ser completamente independientes
de la ATU y de los otros sindicatos y rechazar su estrategia de
subordinar la huelga al gobierno de Bloomberg, postrándose
a los políticos Demócratas de la ciudad y las compañías
privadas de autobuses.
Los comités deben establecer líneas de comunicación
directas y organizar acciones en común con maestros, estudiantes
y padres para la lucha contra los cierres de escuelas y contra
los recortes de presupuesto.
La misión de estos comités debe ser la elaboración
de una estrategia de oposición a todos los recortes. La
afirmación de que no hay dinero para la educación
-para el magisterio y para los obreros del transporte escolar-
es una mentira. Tan sólo una fracción de la estimada
fortuna personal de Bloomberg de $26 mil millones sería
más que suficiente para garantizar un estándar de
vida decente para los trabajadores escolares por muchos años.
Esta es una lucha fundamentalmente política porque para
defender la educación es necesario ante todo acabar con
la dictadura financiera de los bancos y del gran capital sobre
la sociedad. Los trabajadores de los autobuses escolares junto
con los trabajadores de todo EE.UU. y de todo el mundo se están
encontrando cara a cara con el hecho de que sus derechos e intereses
son incompatibles con el sistema de capitalista, que se basa en
la propiedad privada de los medios de producción y en la
explotación de la clase trabajadora.
La clase trabajadora debe organizarse a sí misma como
fuerza política independiente. Asegurar el derecho social
de todos los trabajadores a un trabajo seguro, y a un estándar
decente de vida, está atado a la lucha por el poder obrero
y a la reorganización de la vida económica para
satisfacer las necesidades de la sociedad entera. Para eso hay
que nacionalizar a la banca y a las principales corporaciones
bajo el control democrático del pueblo trabajador como
parte de una economía socialista planificada.
Hacemos un llamado a todos los huelguistas que comprendan la
necesidad de iniciar esta lucha favor ponerse en contacto con
el al Partido Socialista por la Igualdad.
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