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Obama en África:
Defendiendo los intereses estratégicos y capitalistas
norteamericanos
Por Bill Van Auken
10 Julio 2013
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el autor
Este artículo apareció originalmente en inglés
en nuestro sitio el 28 de junio, 2013.
El presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió el
jueves 27 de junio con Macky Sall, presidente de Senegal, y con
jueces y abogados de su Corte Suprema. Así comenzó
una visita de 5 días por 3 naciones africanas, con el fin
de promover intereses estratégicos y capitalistas norteamericanos
en este continente. Se trata principalmente de contrarrestar a
China en la competencia por mercados y de apoderarse de recursos
energéticos y minerales.
Es la primera vez que Obama pisa territorio africano desde
su escala de veinte horas en Ghana de vuelta a los Estados Unidos
de una conferencia cumbre europea hace cuatro años. Esa
vez el nuevo presidente dijo que llevaba "la sangre de África
en mis venas".
Ese alarde retórico había recalcado lo importante
que es para la burguesía imperial norteamericana que Obama
sea presidente: una cara nueva para el mundo pero siguiendo la
misma política rapaz y criminal que había causado
saña y odio hacia su antecesor, George W. Bush.
Por lo general, la novedad que significó entonces el
primer presidente afroamericano estadounidense se ha borrado y
según informes de prensa provenientes de África
impera el cinismo sobre la manera con que Obama usa su historia
familiar como carné de afinidad especial con el continente.
En verdad la ayuda económica americana para África
ha caído enormemente bajo Obama, de 8.24 mil millones de
dólares en el último año de Bush a menos
de 7,000 millones actualmente.
Comparado con el gobierno de Bush, el de Obama está
aun más envuelto en la criminalidad internacional: aviones
"drone" asesinan gente; la Agencia de Seguridad Nacional
usa su bárbara red de espionaje contra los pueblos de Estados
Unidos y del mundo; Edward Snowden es perseguido por revelar tal
delincuencia. Esas cuestionen importunan a Obama en África;
transformando el supuesto propósito del viaje -fomentar
"democracia"- en un pretexto absurdo e hipócrita.
Según la oficina de prensa de la Casa Blanca: "El
presidente reafirmará la importancia que vínculos
profundos y crecientes con las naciones subsaharianas tienen para
EE.UU. Entre estos están la aceleración económica,
de las inversiones y del comercio; el fortalecimiento de las instituciones
democráticas e inversiones en una nueva generación
de líderes africanos".
Michael Froman, representante comercial estadounidense que
acompaña al presidente Obama, declaró al partir
que "África desea inversionistas, especialmente inversionistas
estadounidenses". Junto con otros funcionarios recalcó
que el énfasis del viaje era la promoción de acuerdos
con empresas de EE.UU., no la ayuda económica, ese usual
instrumento del gobierno yanqui para subordinar los países
ex coloniales. Aunque varios gerentes acompañan a Obama,
ningún ofrecimiento concreto fue divulgado.
El viaje de Obama sigue a la gira que hizo hace tres meses
el flamante presidente chino Xi Jinping, quien visito los dos
países que el mandatario estadounidense visitará
después de Senegal: La República de Sudáfrica
y Tanzania. Xi, en su primera visita al exterior como presidente,
también visitó a la República del Congo.
En esa visita, Xi ofreció a los países africanos
una línea de crédito de 20 mil millones de dólares.
Firmó acuerdos importantes, incluyendo un proyecto portuario
en Bagamoyo, Tanzania, valorado en 10 mil millones de dólares.
China es la principal socia comercial de África. Su
comercio e inversiones superan a los de Estados Unidos. El comercio
entre China y África ha aumentado 100 por ciento en el
último lustro. Ahora suma 200 mil millones de dólares
el doble del de los EE.UU.
La minería e infraestructura absorben muchas de las
inversiones chinas para facilitar su extracción y exportación
a ese país.
El mantra "democrático" yanqui tiene como
objetivo forzar a gobiernos africanos a adoptar medidas de libre
empresa. Las exigencias del capital transnacional incluyen privatizar
empresas estatales y abolir subsidios y controles de importación.
Tiene un fin adicional: contrarrestar la influencia china, acusando
a Beijing de ignorar la "democracia" y "los derechos
humanos."
En África no se le hace caso a esas fórmulas
ideológicas. Justo antes de la visita de Obama, la revista
americana Foreign Affairs, ligada a grupos de poder envueltos
en la política exterior, le preguntó a Macky Sall,
si el aumento en las inversiones chinas "perjudicarían
posibilidades de cambio democrático."
Contestó el presidente senegalés: "Bueno,
no concibo qué las inversiones chinas sean un peligro para
la democracia. La cooperación con China es más directa
y rápida que la que tenemos con países del Occidente:
Estados Unidos, Europa y otros contribuyentes. Con ellos hay muchos
criterios, reglas y procedimientos que tienen que ver con esto
y lo otro. No digo que lo que China hace es mejor, pero por lo
menos es más rápido."
El itinerario de Obama contradice los reclamos democráticos
de su gobierno. Muchos han notado que el presidente de Estados
Unidos no visitó a los cuatro más cercanos aliados
africanos del gobierno: Etiopía, Nigeria, Uganda y Kenia.
Etiopía, que bajo órdenes de Estados Unidos,
intervino en Somalia con sus fuerzas militares, es un infame régimen
represivo. En Nigeria, Estados Unidos apoya la campaña
de contrainsurgencia contra la guerrilla musulmana Boko Haram,
que opera en la región noreste de Nigeria, región
que ha sufrido masacres, ejecuciones y desapariciones.
Uganda que también, bajo órdenes norteamericanas,
contribuyó tropas a la guerra en Somalia reprime violentamente
toda oposición política; clausura periódicos
por criticar al gobierno y persigue bárbaramente a los
homosexuales. Kenia (país natal de Obama padre), íntima
aliada yanqui, tiene un presidente y vicepresidente que la Corte
Internacional de Justicia quiere enjuiciar por crímenes
contra la humanidad por organizar la violencia que mató
a más 1.000 después de las elecciones de 2007-2008.
¡Esos son los socios "democráticos" del
imperialismo!
El imperialismo yanqui recurre descaradamente a la morralla
de su superioridad militar para frenar la creciente influencia
china. La guerra contra Siria, que auspiciaron Estados Unidos
y la OTAN, privó a China de miles de millones de dólares
en inversiones, forzando a evacuar miles de sus ciudadanos. Dos
años más tarde, dos empresas petrolíferas
del gobierno chino -Sinopec y PetroChina- compiten agresivamente
por concesiones libias.
AFRICOM, comando de las FF.AA. estadounidenses, construyó
una base de drones en Níger respaldando la intervención
del imperialismo francés en Mali. Despliega tropas en África
Central, supuestamente cazando al líder paramilitar Joseph
Kony; utiliza fuerzas especiales de entrenamiento para afianzar
relaciones entre Estados Unidos y las FF.AA. africanas. Todo eso
mientras conduce repetidos ataques aéreos mortíferos
en Somalia.
Funcionarios del gobierno estadounidenses han expresado preocupación
de que el viaje de Obama la República de Sudáfrica,
su segunda escala, sería opacado si se muriera Nelson Mandela
ex presidente nacional y ex líder del Congreso Nacional
Africano (CNA), con quien el presidente estadounidense desearía
fotografiarse. La aceleración de militarismo yanqui ha
hecho brotar hostilidad en el continente africano.
La visita encarará manifestaciones contra la política
del gobierno estadounidense. Por más que el gobierno del
presidente Jacob Zuma aplauda la visita por impulsar a la economía
sudafricana, los socios del CNA en el poder: la federación
sindical COSATU y el Partido Comunista sudafricano, participarán
en una manifestación en Pretoria el 28 de junio, día
de la llegada del presidente, con el tema de "¡NO Obama!"
Dos organizaciones han ido a los tribunales abogando por la detención
Obama por crímenes de guerra.
La Asociación de Abogados Musulmanes de Sudáfrica
pidió a la Corte Alta de Pretoria que mandara a detener
a Obama. La solicitud fue desestimada.
La Sociedad para la Protección de Nuestra Constitución
presentó una declaración escrita acusando al presidente
estadounidense de "crímenes de guerra y crímenes
contra la humanidad".
Mohamed Hussain Vawda, de esa sociedad, dijo que la declaración
acusa a Obama de responsabilidad por la matanza de miles de personas,
incluyendo mujeres y niños en Pakistán, Siria y
otros países que "no representan ningún peligro
a Estados Unidos".
El documento también acusa a Obama de haber asesinado con
aviones drones a personas que el gobierno estadounidense
considera hostiles. Dijo Vawda: "Ningún tribunal de
la ley ha ordenado estos ataques".
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