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Contra despidos y recortes salariales:
Recogedores de basura, jardineros madrileños en huelga
Por Alejandro López
16 Noviembre 2013
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Este artículo apareció originalmente en inglés
el 14 de noviembre del 2013
Miles de recogedores de basura y jardineros están en
una huelga indefinida en Madrid la capital de España, desde
el 5 de noviembre. La huelga es las empresas de limpieza F,cc
OHL, Sacyr y Ferrovial que son parte de la Asociación de
Empresas de Limpieza Pública (ASELIP) y
Los 6,000 trabajadores se oponen a los enormes despidos y recortes
salariales. El mes pasado, las compañías anunciaron
que 1,400 trabajadores serían despedidos de un total de
6,500 (el 28 por ciento), y harían recortes salariales
de hasta el 43 por ciento. El salario mensual promedio es de entre
1,000 y 1,300 ( entre 1,350 y 1,750 Dlrs.), y el de
los trabajadores más jóvenes es de 900.
El mismo día en que la huelga comenzó, 8,000
piqueteros se manifestaron en Madrid con cartelones que decían
"¡Limpiadores y jardineros de Madrid en la lucha contra
los recortes y los despidos! ¡Por la defensa de nuestras
condiciones de trabajo!"
Las compañías F,cc OHL, Sacyr y Ferrovial son
empresas gigantes ligadas a la industria de la construcción.
Después del colapso de la burbuja inmobiliaria en el 2008,
éstas diversificaron sus actividades y entraron en el sector
del mantenimiento y de la limpieza pública. Sin embargo,
sus ingresos sufrieron como resultado de las sucesivas políticas
de austeridad impuestas por el gobierno del Partido Socialista
(PSOE) y el Partido Popular (PP), que resultó en el recorte
de fondos a los gobiernos locales. En agosto del 2012, el Ayuntamiento
de Madrid decidió reducir los gastos de limpieza y mantenimiento
en un 30 por ciento.
Desde el principio, el papel de los sindicatos fue desgastar
la resistencia de los trabajadores y abiertamente sabotear su
lucha.
El 4 de octubre, después del anuncio de ASELIP, la Unión
de Trabajadores Unidos (UGT), aliada con la Unión PSOE,
con ocho de los 15 representantes en el comité de convenio
colectivo, pidió una huelga indefinida para el fin de mes,
sin nombrar el día. Los otros dos sindicatos involucrados,
la Confederación General de Trabajadores anarco-sindicalista
(CGT), con tres miembros del comité, aliada a las Comisiones
Obreras (CCOO), del Partido Comunista, con cuatro miembros del
comité, calificaron la decisión de huelga como "precipitada".
Un portavoz de la UGT y de CCOO., Félix Carrión,
declaró, "todavía no hemos visto nada, no hay
propuestas concretas [de ASELIP] y creemos que hay alternativas
a los despidos".
El 16 de octubre, dos grandes asambleas de la UGT tuvieron
lugar en la que los 3,000 trabajadores presentes votaron unánimemente
a favor de que la huelga comenzara el 26 de octubre. CCOO. también
celebraron dos asambleas, pero los 1,300 trabajadores votaron
a favor de aplazar la huelga hasta el 15 de noviembre, después
de que los dirigentes sindicales insistieron que aún había
espacio para negociaciones con los empleadores.
Un comunicado de CCOO., publicado el 08 de noviembre proponía
los sindicatos han alternativas a los despidos: congelar sueldos,
no llenar las posiciones vacantes, un plan de jubilación
anticipada, un programa de despidos incentivados y recortes en
los gastos, tales como prendas de vestir.
Cuando las empresas reiteraron su decisión de despedir
a 1,134 trabajadores, los sindicatos declararon que pospondrían
la huelga del 26 de octubre al 4 de noviembre y luego participaron
en cuatro reuniones con las empresas en un intento desesperado
para evitar que la huelga se llevara a cabo.
Desde que comenzó la huelga, los sindicatos se han negado
a movilizar a otros trabajadores que enfrentan ataques similares.
Por el contrario, se han limitado a una campaña de presionar
al gobierno de la ciudad de Madrid, gobernado por el PP, para
forzar a las empresas a negociar e imponerles sanciones por no
cumplir con sus contratos de limpieza.
El gobierno de la ciudad ha sido totalmente cómplice
en el ataque.
El agosto pasado, Madrid acordó cambiar el sistema de
control de supervisión de los nuevos contratos de servicios
privatizados. Las empresas ya no tienen que proporcionar un mínimo
de recursos humanos y materiales a estas actividades. Los sindicatos
no se opusieron a esto, abriendo el camino a los despidos.
Ese mismo mes, no les renovaron los contratos a 350 trabajadores,
los cuales fueron abandonados por los sindicatos. La mayoría
de ellos no tienen prestaciones de desempleo porque no habían
sido despedidos formalmente.
El Ayuntamiento de Madrid también decretó una
obligación de mantener que el 40 por ciento de los servicios
de limpieza, huelga o no., cosa que se puede imponer bajo la legislación
draconianos española de servicios mínimos. Los sindicatos
aceptaron acatar esa condición y escogieron a obreros al
azar, para llevar a cabo estas funciones. Los trabajadores han
tratado de evitar que los servicios mínimos se lleven a
cabo por medio de piquetes en las entradas del lugar de trabajo
y saboteando las llantas de algunos vehículos de trabajo.
El Ayuntamiento de Madrid asignó 60 furgonetas de la policía
y cuatro vehículos antimotines para escoltar a los trabajadores
de servicios mínimos.
Los sindicatos siguen negociando hasta llegar a un acuerdo
con las empresas que inevitablemente incluirá despidos
y recortes salariales, como lo han hecho en otros sectores.
Los grupos pseudo-izquierda están jugando un papel pernicioso
apoyando el papel de la burocracia sindical actuando como policías
laborales dedicados a la contención de la huelga. Insisten
en que la huelga es una prueba de que aún hay vida en los
aparatos sindicales podridos y condenan a cualquiera que se atreva
a cuestionar esto.
En Lucha, afiliada española del Partido Socialista de
los Trabajadores británicos escribió, "como
vemos, CCOO y UGT...se han lanzado a convocar una huelga indefinida,
lo que contrasta con el hecho de que hace un año desde
la última huelga general a nivel estatal; lo cual muestra
que, a pesar de su actuación a veces vergonzosa, en ciertas
circunstancias pueden tomar acciones contundentes. Por tanto,
es importante evitar sectarismos contra estas organizaciones,
aunque muchas veces hace falta criticarlas".
Esa afirmación ignora las experiencias estratégicas
de la clase obrera española e internacional con los sindicatos
en las últimas décadas . En todos los países,
para preservar su existencia privilegiada, la burocracia sindical
ha conspirado activamente con la reducción sistemática
de sueldos, con a la destrucción de puestos de trabajo
y de condiciones laborales.
En Lucha no indica precisamente quién está avanzando,
supuestamente, estas posiciones "sectarias"; nosotros
suponemos que son los mismos trabajadores. Sólo 16 de cada
100 trabajadores están en los sindicatos y más de
la mitad de los entrevistados en las últimas encuestas
sobre su satisfacción del sindicato lo clasificaron como
"malo" (19 por ciento) o "muy malo" (34 por
ciento).
El Militante, sección española de la Corriente
Marxista Revolucionaria, la corriente pablista Izquierda Anticapitalista
y la corriente de origen morenista Clase contra Clase publicaron
declaraciones alabando "la solidaridad ","la unidad"
y "la coordinación" entre los trabajadores. Ni
una sola vez se menciona el papel de los sindicatos, principal
instrumento de la clase dominante para dividir al proletariado.
De esta manera están dándoles a los sindicatos carte
blanche para llevar a cabo sus traiciones.
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