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Los Brics fundan un banco: Señal de divisiones económicas
y políticas mundiales
Por Nick Beams
21 Julio 2014
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Este artículo apareció originalmente en inglés
el 19 de julio del 2014
La decisión adoptadas por los países del grupo
BRICS esta semana de fundar un banco para el desarrollo y un fondo
de reserva de emergencia para hacer frente a acontecimientos adversos
del sistema financiero global indica que existen serias diferencias
entre ese grupo de países y los Estados Unidos.
La creación de las dos nuevas organizaciones se acordó
en la sexta cumbre anual de BRICS, integrado por Brasil, Rusia,
India, China y Sudáfrica, en la ciudad brasileña
de Fortaleza.
El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) tendrá un capital
inicial de cincuenta mil millones de dólares, financiado
en partes iguales por los cinco miembros. Se tratará de
replicar, aunque en una escala más modesta, el papel del
Banco Mundial en el suministro de préstamos para el desarrollo.
El Fondo de Reserva tendrá 100 mil millones de dólares
y se ofrece como una alternativa al Fondo Monetario Internacional
(FMI) cuando los supuestos países en vías de desarrollo
encaren los problemas de liquidez asociados al movimiento de capitales
internacionales. El tamaño económico de los cinco
participantes determinará sus contribuciones. China, con
una economía más grande que la de los otros cuatro
miembros juntos, aportará cuarenta y un mil millones. India,
Brasil y Rusia contribuirán diez y ocho mil millones cada
uno, y Sudáfrica cinco mil millones de dólares.
Hacía algunos años que se discutía la
fundación de estas nueva organizaciones, resultado de la
creciente insatisfacción entre los países BRICS
con la estructura de gobierno del FMI y el Banco Mundial. Los
BRICS tienen sólo el 10,3 por ciento de los votos en el
FMI. Su peso en la economía mundial es del 24,5 por ciento.
Hubo una propuesta en el 2010 para aumentar el poder de voto
de los miembros de BRICS en el FMI, pero el Congreso de EE. UU.
negó ese pedido, a pesar del supuesto apoyo del gobierno
de Obama. Esta vez dos cosas que parecen haber estimulado la acción
de la cumbre de los BRICS fue decisión del Congreso de
EE. UU. en abril que otra vez rechaza nuevamente los cambios en
la estructura del FMI, y la creciente oposición a las recientes
decisiones de la política exterior de Estados Unidos.
Hubo conflictos internos entre los BRICS sobre la creación
de las nuevas organizaciones. India se preocupa que aumentaría
el poder de China. Ese obstáculo inicial se superó
cuando se decidió que el NBD se basaría en Shangai,
pero que el primer presidente sería de India.
La presidente de Brasil, Dilma Rouseff, se apresuró
a tranquilizar las especulaciones que el establecimiento de las
nuevas organizaciones es un intento de replicar el FMI y el Banco
Mundial, sólo que esta vez con China jugando el papel principal:
"no debe ser visto como un poder hegemónico ni de
deseo de dominación, sino de transformación del
sistema internacional para que sea más justo e igualitario",
dijo.
El ministro de Hacienda de Brasil Guido Mantega, quien ha sido
un crítico de la política monetaria de EE. UU.,
advirtió de la posibilidad de guerra de divisas, debido
a la caída en el valor del dólar de EE. UU..
Mantega dijo que una de las grandes diferencias entre la visión
de los BRICS del sistema financiero global y la estructura del
actual sistema estadounidense era el principio de igualdad entre
los participantes. "En el banco BRICS, tendremos el mismo
poder", dijo. "Esto es un punto fundamental". La
presidencia de los bancos se rotaría entre los cinco miembros,
a diferencia de la situación en el FMI, donde el liderazgo
es europeo, y en el Banco Mundial, donde Estados Unidos elige
al presidente.
Las crecientes tensiones entre los EE. UU. y el grupo BRICS
se destacaron por varios pasajes de la declaración de la
cumbre, titulado la Declaración de Fortaleza.
Se dijo que la cumbre había tenido lugar en un "momento
crucial," cuando la comunidad internacional enfrenta los
desafíos de una recuperación de la crisis financiera
mundial y de la "inestabilidad política incesante
y conflictos en diversas zonas conflagradas globales."
"Por otro lado", continúa la declaración,
"estructuras de gobernanza internacional concebidas en una
configuración de poder distinta demuestran crecientes evidencias
de pérdida de legitimidad y eficacia. Al paso que arreglos
transitorios y ad hoc se hacen cada vez más frecuentes,
muchas veces a costa del multilateralismo."
Sin nombrar ningún nombre, la anterior es una diáfana
alusión a Estados Unidos y a esfuerzos cada vez mayores
de ese país para subordinar a sus intereses el comercio
y los acuerdos financieros internacionales. Bajo la propuesta
de Asociación Transpacífica, por ejemplo, EE. UU.
tiene la intención de acabar con las empresas estatales
de los países miembros.
De manera significativa, la declaración decía:
"Reconocemos el papel que las empresas de propiedad estatal
(EPE) desempeñan en la economía y alentamos a nuestras
EPEs continuar explorando vías a de cooperación,
intercambio de información y mejores prácticas."
La declaración incluye algunas críticas más
o menos abiertas de la política exterior de EE. UU., en
cuanto al creciente empuje de EE. UU. y Europa contra Rusia y
China.
La declaración elogia específicamente a Rusia
"por el exitoso trabajo durante la presidencia del G-20 en
el 2013."
El presidente ruso, Vladimir Putin aprovechó la oportunidad
para devolver el golpe a los intentos de Estados Unidos para aislar
a Rusia, lanzando un llamado a la unidad. "Juntos debemos
pensar en un sistema de medidas que ayudarían a prevenir
el acoso a los países que no están de acuerdo con
algunas decisiones de política exterior de EE. UU. y sus
aliados", dijo.
Cabe destacar que ninguno de los miembros del BRICS participa
de las críticas de EE. UU. de Rusia sobre Ucrania.
En otra, más explícita, declaración sobre
cuestiones políticas dirigidas a EE. UU., la declaración
condenó "las intervenciones militares unilaterales
y sanciones económicas en violación del derecho
internacional y de normas universalmente reconocidas de relaciones
internacionales." Hace hincapié en "la singular
importancia de la naturaleza indivisible de seguridad, y que ningún
Estado debe fortalecer su seguridad a costa de la seguridad de
los demás ".
Sobre la cuestión de los desequilibrios en la gobernanza
económica mundial, la declaración dijo que los BRICS
estaban "decepcionados y seriamente preocupados por la actual
falta de aplicación de las reformas del FMI 2010, que repercute
negativamente en legitimidad, credibilidad y eficacia del fondo."
La declaración también considera que el Banco
Mundial también tiene que avanzar hacia "estructuras
de gobernanza más democráticas" y todos los
países "deben disfrutar de sus debidos derechos, la
igualdad de oportunidades y la participación equitativa
en los asuntos económicos, financieros y comerciales mundiales,"
reconociendo que tienen capacidades diferentes y se encuentran
en diferentes etapas de desarrollo.
Mientras las decisiones de la cumbre de los BRICS aún
no son un gran reto al dominio del sistema financiero global por
EE. UU., y quizás se estrellen (dadas las diferentes metas
de los miembros del grupo), en verdad señalan que van en
aumento las diferencias políticas y económicas a
nivel mundial.
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